Algunos expertos creen que nuestro sentido del olfato puede desempeñar un papel importante. Los receptores «olfativos» de la nariz se comunican con partes del cerebro (la amígdala y el hipocampo) que actúan como almacenes de emociones y recuerdos. Algunos investigadores creen que, al inhalar moléculas de aceites esenciales, estimulan estas partes del cerebro e influyen en la salud física, emocional y mental. Por ejemplo, los científicos creen que la lavanda estimula la actividad de las células cerebrales de la amígdala de forma similar a como actúan algunos medicamentos sedantes. Otros investigadores creen que las moléculas de los aceites esenciales pueden interactuar en la sangre con hormonas o enzimas.
El masaje de aromaterapia es una forma popular de utilizar los aceites esenciales porque actúa de varias maneras al mismo tiempo. La piel absorbe los aceites esenciales y también se respiran. Además, experimenta la terapia física del propio masaje.